jueves, 1 de junio de 2023

LOS 5 MAGNÍFICOS por Paco Escamez Reverte

 

 

 

 

 

Águilas, decana del fútbol regional y cuando en la actualidad el estadio de “El Rubial” es reconocido como el terreno de juego más antiguo de España, también fue cuna de jugadores magníficos y sobresalientes. No voy hablar ahora de ellos, aunque sí espero hacerlo en otra ocasión. Quiero ahora recordar los inicios de los años 70 y mi breve etapa futbolística. Y concretamente al equipo técnico, directivos y plantilla del Águilas Juvenil C.F., a la que tuve la suerte y el privilegio de pertenecer durante 3 temporadas (1971-1972-1973).

Aquel Águilas Juvenil, que no consiguió quedarse campeón, obtuvo sin embargo un logro que fue digno de reconocimiento en la temporada 1972-73. Fue el único equipo de esa categoría de la Región- no sé si también de España- que completó el campeonato sin que sus jugadores recibieran ni una sola tarjeta amarilla o roja de sanción.

Fue noticia que quedó reflejada en la prensa de la época y que, por supuesto, tenía su secreto. Creo que por ese y otros motivos, es de justicia rememorar y homenajear al grupo de 5 magníficos aguileños que estaban detrás y delante de aquel manojo de adolescentes. Los protagonistas son: Lorenzo Hernández Abolio, presidente, Juan Martínez “Casuco”-gran portero en su época de jugador-, entrenador, y los directivos Juan Bautista Gualda y Valentín Soto. En el mismo barco estaba también José María Jareño -entonces entrenador del primer equipo del Águilas C.F.-, que brilló con luz propia en su etapa de jugador, llegando a ser concejal de deportes con el PSOE y la primera persona que me dio la oportunidad de enfundar la camiseta blanquiazul. También merecen la categoría de “magníficos”, Ramón Ferrer, mi primer presidente y nuestro delegado de equipo, Francisco Martínez Lirón “Bacares”.

Tengo que confesar que siento melancolía de aquel Rubial de tierra y piedras, (el césped era un lujo fuera de nuestro alcance) que nos daba los buenos días a eso de las 7 de la mañana. Casuco, parco en palabras, nos ponía en forma dando vueltas al vetusto campo. De vez en cuando, tronaba su voz desde los asientos de cemento:”el último, el primero”. Su llamada hacía que nos convirtiéramos en flechas desde la cola hasta la bien ordenada y disciplinada fila de a dos. Después, tocaba fortalecer los músculos con toda clase de ejercicios físicos, como subir o bajar saltando los escalones de cemento que formaban en escala los duros asientos donde se sentaban los espectadores.
Existía la costumbre, una vez a la semana, de celebrar un partidillo o “pachanga”, muchas veces con la plantilla del primer equipo de los inolvidables Alfonso Cegarra, José Pérez Almagro “Chispita”, Perique, José Antonio Gallego (fue jefe de estudios en I.E.S. R.Carlos III, alcalde de Lorca y senador socialista) , los hermanos y formidables porteros Pepe y “Tolin” Buitrago. Otros guardametas que dejaron su huella fueron Juan Piñero “Zamorita” y Pedro Meca “Chispi”. Más jugadores de esa década fueron Mellado “Morcillo”, Domingo Sánchez-Fortún “Sanchis”, Pablo, Hernández, Julio Rabal, Manolo Quereda, Rafael López “Canalla”, Gómez, los hermanos Pepe y Gaspar Peña, Nicolás Albarracín “Nico”o José Luis Giménez “Cales”, entre otros.

Y en pre-temporada adquiríamos potencia muscular subiendo y bajando por los cabezos del ahora casi desaparecido monte del Cambrón, muy cerca de la casa del “mister” en “El Hornillo” y de la maravillosa isla del Fraile.


Un partidillo en la arena, en la playa del Hornillo, terminaba de ponernos como motos. A la forma física y a la disciplina de grupo, se unía la charla didáctica y el conocimiento del reglamento que, diariamente, tenía un hueco y que nos impartía sabiamente el inolvidable “Juanito” Gualda, árbitro y delegado de la Federación Murciana de Fútbol. Gracias a esa labor, callada y desinteresada, pasamos a la historia del deporte rey como el equipo más disciplinado. Un llavero de plata, que conservo como oro en paño, fue la recompensa para los juveniles de aquellos maravillosos años.

Asumo el riesgo de dejarme algún nombre en el olvido y pido disculpas por adelantado a los que no nombro, pero ahí va la lista que incluye mis tres temporadas en el equipo: Paco Hernández Pallarés, Juan José Barrionuevo y Blas fueron los guardametas. El resto de la plantilla estaba integrada por Gonzalo Asensio “Chapa”, Juanito Lloret, Leandro Miras, Rafael Morosoli, Diego Carrasco, Juan Palazón, Isidro Ibarra, Fulgencio Sáez, Andrés Barnés “Chironi”, Juan Antonio López Marín, Andrés Escarbajal “Guitarra”, Antonio Munuera, Matías Peña, Juan Ayala,Vicente Soler, Manolo Navarro, Juan Carlos Gandul, Fernando Lobato, Pepe Rubio “el Gato”, Salvador Muñoz, Jaime Pérez, Diego “ Pean”, los hermanos Antoñín y Valentín Soto Cano, Lorenzo Romera “ Lorquino”, Juan Manuel Martos, Alfonso García “Gento”(actual presidente del Almería) José Luís Lillo, Bartolomé Hernández(desde el año 2011, alcalde de nuestro pueblo) y Paco Palencia(ambos llegaron a presidir al Águilas C.F.), Andrés Moreno Rael, Juan Martínez “Casuco” (jugó en Primera División en el Zaragoza y en otros equipos como el Granada y el Elche en la División de Plata, además de destacar como técnico en diversos equipos como Almería, R.Murcia...etc. ) y el actual presidente de la Federación Murciana de Fútbol, José Miguel Monje Carrillo.

Precisamente, Casuco y Monje formaban parte de la cantera del Águilas C.F. cuando fueron fichados por el Real Madrid Juvenil. Por ese motivo, un combinado de juveniles, reforzado con jugadores del primer equipo, nos enfrentamos en el verano de 1974 a los juveniles del equipo merengue. En aquel grupo de jugadores destacaban Magdaleno, Macipe- que posteriormente ficharía por el equipo blanquiazul-, Escribano y Martín Roales. En un competido encuentro, ganaron los de la capital de España. Por supuesto que eso fue lo de menos, lo que ahora nos queda a todos en la memoria es que se cumplió un sueño.

Tampoco puedo olvidar los viajes en “camioneta” por la tortuosa carretera de Mazarrón. Casi todos los partidos los jugábamos en Cartagena contra equipos como La Esperanza, La Colonia o el propio Efesé en el desaparecido Almarjal o muy cerca de la ciudad departamental. Y la mayoría de ellos en horario de mañana, por lo que apenas llegábamos una hora antes del partido. Eso sí, todo el equipo mareado y sin apenas tiempo de calentar antes de saltar al terreno de juego. Indudablemente, los derbys con el Lorca C.F. eran punto y aparte, tanto en el Rubial como en el estadio lorquino San José Pero lo que jamás olvidaré serán las paradas obligatorias- casi siempre en Fuente Álamo- para la comida.

Con un presupuesto muy escaso, los bocadillos estaban contados (y encargados previamente), aunque siempre nos las ingeniábamos para “chorizar” alguno, a pesar de las precauciones de Valentín Soto y de Lorenzo “Abolio”, auténticos padres para nosotros, al igual que Casuco y Juanito Gualda, pero que no podían hacer el famoso milagro de los panes y los peces.

Claro que tampoco podíamos quejarnos, ya que anteriormente nos los preparaban nuestras madres en casa. Conseguir un “bocata” para la hora de la comida fue un logro que consiguió con mucho esfuerzo nuestro “presi”. También nos acompañaba, muchísimas veces, Guasch, mítico portero del Águilas C. F. En mi retina queda su porte de guardameta, su sombrero de ala ancha y sus historias en el mundo del fútbol y de nuestro club.

Los viajes eran entretenidos, amenos, hasta didácticos, me atrevería a decir. Había tiempo hasta para repasar los escarceos amorosos de nuestra adolescencia. O para sacar a colación nuestros antecedentes del deporte rey. Así, Casuco recordaba a Barrionuevo lo buen portero que fue su padre y su afición a las palomas o a mi mismo, las espectaculares “chilenas” de mi pariente Escámez, conocido como “el Albayarde” por su tez morena. Un gran jugador que llegó a formar parte de la plantilla del Real Murcia.

Quiero expresar, finalmente, mi agradecimiento a todos ellos, a mis compañeros y al grupo de técnicos y directivos que nos formaron como deportistas y como personas. Y dedicar este puñado de recuerdos a la memoria de los que, desgraciadamente, ya no se encuentran entre nosotros, pero que defendieron con orgullo y dignidad la camiseta del equipo decano del fútbol regional.
 
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